miércoles, 17 de diciembre de 2008

LA MEZQUITA DE CÓRDOBA


La Mezquita de Córdoba no es sólo el símbolo de Al-Andalus, sino un monumento fundamental de todo el Occidente islámico y uno de los más asombrosos del mundo.
Es el reflejo artístico del poder de uno de los estados políticos más importante de occidente en los siglos IX y X: el Emirato y Califato de Córdoba.La construcción que ha perdurado es la sucesión de edificaciones iniciada por Abderramán I sobre la iglesia cristiana de San Vicente, en la que reaprovechó abundante material, ampliada posteriormente por Abderramán II, Alhaken II y Almanzor.
La reforma más desastrosa de la historia de la Mezquita de Córdoba se lleva a cabo en los siglos XVI y XVII con la eliminación de parte de los trabajos de ampliación de Abderramán II y Almanzor para construir la catedral cristiana.
La Mezquita de Córdoba es un enorme cuadrilátero de suntuosas arquerías de 24.000 m2 de superficie.
Las partes más importantes del edificio son el antiguo alminar o torre, el patio y la sala de oración.
La Mezquita de Córdoba es convertida en catedral cristiana en 1236, tras la conquista de la ciudad por Fernando III. Desde entonces se iniciaron reformas parciales adicionando capillas y otros elementos cristianos.
Los Reyes Católicos permitieron la construcción de una Capilla Mayor y ya en el siglo XVI durante el reinado de Carlos V se edificó, no sin grandes oposiciones, la actual catedral cristiana dentro de las naves de la antigua mezquita.
Concretamente las zonas afectadas fueron las de Abderramán II y Almanzor.
El edificio lo inició en 1523 Hernán Ruiz el Viejo con permiso expreso del emperador Carlos V y se desarrolló a lo largo del siglo XVI, pero no se terminaron las obras hasta 1766.
El resultado en un edificio que suma estilos desde el gótico final, plateresco, renacentista y barroco.
Tiene nave y crucero, con planta de cruz latina. Los arcos son todavía góticos (apuntados), la ornamentación plateresca y la cúpula renacentista.
Elementos destacables son el Altar de mármol rojo, la sillería del coro y el tesoro de la Catedral.
El antiguo alminar islámico fue "forrado" con envoltura barroca.
A pesar de los avatares de la Historia, la antigua mezquita pervive en su esencia islámica, con la singularidad de los elementos básicos. No obstante, superado el empeño decimonónico por subrayar el elemento islámico, se trata de un híbrido arquitectónico que sintetiza una buena parte de los valores artísticos de Oriente y Occidente. Desde esa perspectiva, la Mezquita-Catedral representa una síntesis de los vaivenes de la historia de España.

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