Abu Abd Allah (conocido como Boabdil por la población castellana), último rey de Granada desde 1482 hasta 1492 y descendiente de la dinastía nazarí. Nació en esta última ciudad cerca de 1459 y murió en Marruecos, en 1527.
Era hijo del rey de Granada Abu-I-Hasan Ali (Muley-Hacen) y ascendió al trono tras una revuelta de la población granadina del Albaicín a causa de los elevados impuestos, para lo que obtuvo el respaldo de la familia granadina de los Abencerrajes (enfrentada a la de los Zegríes, que apoyaba a su padre).
Al año siguiente, 1483, fue derrotado cerca de Lucena por las tropas castellanas del rey Fernando II el Católico. Boabdil fue capturado y estuvo preso, entre otros lugares, en el castillo de Lucena, en su torre octogonal del Moral. Mientras tanto, el trono de Granada fue ocupado de nuevo por su padre.
En 1486 Boabdil aceptó gobernar Granada como reino tributario de Castilla, sometiéndose a su vasallaje, por lo que Fernando el Católico le devolvió la libertad y restauró en el trono. Tuvo que firmar para ello el humillante pacto de Córdoba, por el cual se comprometía a entregar a Castilla la parte del territorio granadino en poder de Muley-Hacen.
Se vio obligado, asimismo, a luchar contra otro rival, su tío Abu Abd Allah Mamad (el Zagal) y contra los zegríes. Estas guerras civiles favorecieron el avance de los cristianos, que, tras diez años de acciones militares y diplomáticas, pusieron sitio a Granada en la primavera de 1491. A pesar de la defensa que de ella hicieron los musulmanes, Granada cayó el 2 de enero de 1492, víctima del empuje de las armas castellanas y la habilidad de Fernando el Católico para sembrar la discordia y las rivalidades en el reino granadino. La ciudad estaba profundamente dividida sobre si debía o no rendirse, por lo que antes de la capitulación entraron en la ciudad tropas castellanas para evitar posibles revueltas. La capitulación se produjo, ante los Reyes Católicos, el 6 de enero del mismo año y significó el fin de la denominada Reconquista española, que había durado ocho siglos.
Se permitió que Boabdil se retirase a la comarca granadina de las Alpujarras, siendo recompensado con el señorío de estas tierras, pero más tarde se trasladó a Fez (Marruecos), hasta su muerte.
Era hijo del rey de Granada Abu-I-Hasan Ali (Muley-Hacen) y ascendió al trono tras una revuelta de la población granadina del Albaicín a causa de los elevados impuestos, para lo que obtuvo el respaldo de la familia granadina de los Abencerrajes (enfrentada a la de los Zegríes, que apoyaba a su padre).
Al año siguiente, 1483, fue derrotado cerca de Lucena por las tropas castellanas del rey Fernando II el Católico. Boabdil fue capturado y estuvo preso, entre otros lugares, en el castillo de Lucena, en su torre octogonal del Moral. Mientras tanto, el trono de Granada fue ocupado de nuevo por su padre.
En 1486 Boabdil aceptó gobernar Granada como reino tributario de Castilla, sometiéndose a su vasallaje, por lo que Fernando el Católico le devolvió la libertad y restauró en el trono. Tuvo que firmar para ello el humillante pacto de Córdoba, por el cual se comprometía a entregar a Castilla la parte del territorio granadino en poder de Muley-Hacen.
Se vio obligado, asimismo, a luchar contra otro rival, su tío Abu Abd Allah Mamad (el Zagal) y contra los zegríes. Estas guerras civiles favorecieron el avance de los cristianos, que, tras diez años de acciones militares y diplomáticas, pusieron sitio a Granada en la primavera de 1491. A pesar de la defensa que de ella hicieron los musulmanes, Granada cayó el 2 de enero de 1492, víctima del empuje de las armas castellanas y la habilidad de Fernando el Católico para sembrar la discordia y las rivalidades en el reino granadino. La ciudad estaba profundamente dividida sobre si debía o no rendirse, por lo que antes de la capitulación entraron en la ciudad tropas castellanas para evitar posibles revueltas. La capitulación se produjo, ante los Reyes Católicos, el 6 de enero del mismo año y significó el fin de la denominada Reconquista española, que había durado ocho siglos.
Se permitió que Boabdil se retirase a la comarca granadina de las Alpujarras, siendo recompensado con el señorío de estas tierras, pero más tarde se trasladó a Fez (Marruecos), hasta su muerte.
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